El agrónomo en tiempo de crisis y como preparar el camino productivo


El agrónomo, el veterinario y todo profesional vinculado, a las ciencias del agro y el mar, juegan un rol importantísimo en la producción nacional de un país, y en el caso particular de Venezuela, sumergida en una profunda crisis económica, social, política e institucional, se acentúa su importancia, ya que es necesario salir de tal rezago y devolver al país el camino productivo, ello  significa, la reconstrucción del Estado y en nuestro caso más específico, la reconstrucción Agropecuaria y Agroindustrial, porque desde mi óptica, ambos temas deben estar alineados desde el mismo momento de iniciar esta epopeya agrícola y pecuaria nacional.
La población mundial sigue creciendo y por ende el consumo de alimentos, paralelamente el cambio climático amenaza a las regiones agrícolas en todo el orbe, el valor de los cereales y otros rubros está marcado por aquellos países cuyas productividades son elevadas, en su mayoría países de las zonas templadas al norte y al sur, cuyas ventajas de horas luz, fertilidad de suelos, y cuyas tecnologías e investigaciones aplicadas, marcan una importante diferencia. Los países agrícolamente más avanzados utilizan las últimas tecnologías para el logro del incremento de sus cosechas, así como el mejor manejo cultural de sus cultivos y post cosechas.
Es preciso identificar donde está Venezuela agrícolamente, ello implica el análisis de todos los componentes necesarios para la producción en términos sustentables; desde los aspectos netamente técnicos, tecnológicos, legales (tenencia de la tierra), burocráticos, económicos, comerciales (internos y externos), competitividad, requerimientos netos poblacionales, seguridad nacional, entre otros.
Para ayudar al desarrollo de las capacidades de investigación es necesario dibujar, analizar y entender la grave crisis en la que se sumergió el país, pues no solo se requiere infraestructura, también se requiere la formación y captación de investigadores capaces y comprometidos con la recuperación de la agricultura y la adecuación a los tiempos actuales, pues el rezago es muy grande.
Los aspectos macro y micro económicos, han de ser resueltos para poder trabajar en un marco lógico en todo el contexto agrícola. Desde mi punto de vista debe retomarse la visión de las cadenas productivas, como fundamento para priorizar los esfuerzos de todos los actores en la búsqueda de la competitividad y éxitos en el sector agropecuario.
Las desventajas geográficas referidas anteriormente, debemos convertirlas en oportunidades, el hecho de tener condiciones climáticas tropicales, época lluviosa y época seca, nos lleva a la necesidad de recuperar y adecuar los sistemas de riego e innovar e incorporar riego en todo el país, de acuerdo a las características de cada región, esta es una de las principales metas a cumplir. Pero esa misma situación geográfica es una ventaja desde el punto de vista del comercio al Caribe, Norte América y Europa, que sin embargo no hemos aprovechado debidamente.
El no uso de los OGM, podemos convertirlo en una fortaleza, ello nos convertiría en una de las pocas zonas libres de uso de OGM y desde mi punto de vista esas desventajas, el agricultor puede convertirlas en puntos de valor que deberá descontar en la cadena de comercialización, tema este que requiere de un profundo análisis. Lo anterior choca desde luego con el anhelo de los agricultores al acceso de estas tecnologías, sumado al hecho de que el país permite la importación de alimentos genéticamente modificados, es una realidad que no ha sido afrontada debidamente, entonces usemos esa brecha a favor del agricultor. De igual manera este tópico debe usarse en la OMC en caso de ser requerido y apelar a mecanismos de ayudas permitidas, dependiendo de la defensa que al respecto haga la nación. Tema este que con toda seguridad estaremos exentos por varios años, aparte de los cambios en las relaciones comerciales de muchos países, pero eso es otro tema que debe ampliarse, analizarse y discutirse adecuadamente.
Los esfuerzos de inversión, investigación y políticas agrícolas, deben centrarse en las siguientes cadenas productivas o rubros:
Cereales, leguminosas, oleaginosas, caña azúcar, lácteos, cárnicos, café, cacao, musáceas, hortalizas, frutas tropicales, raíces y tubérculos, fibras.
El fortalecimiento de los clusters, ayudará en el impulso de la producción primaria.
 Es primordial rescatar al capital profesional, muchos profesores e investigadores de 4 y 5 nivel, están fuera del país o jubilados en sus casas, pero gente productiva que bien pudiera ayudar a la re organización de las instituciones de investigación y docentes del país, en el diseño de sus metas y objetivos, enmarcados en el rescate del país. El establecimiento del modelo a seguir es fundamental en todos los ámbitos, debe ser desglosado y aplicado con mucha rigurosidad, el compromiso de todos, el rescate de la profesionalidad y el descarte de las improvisaciones que se han hecho comunes en los últimos 20 años, es importante mantener una disciplina al respecto para evitar la evasión de los limitados recursos, al destinarlos a conceptos e ideas diferentes. Los emprendimientos deben quedar en manos de los privados y darles el apoyo que se pueda, siempre y cuando no comprometan el impulso de la agroeconomía necesaria, que garantice la accesibilidad de alimentos al ciudadano y que al mismo tiempo sea económicamente viable para todos los actores de la cadena productiva.

Considero que no deben incluirse subsidios o subvenciones en esta nueva etapa, será más duro para el sector, sin embargo, debemos alejarnos del paternalismo gubernamental y por ende petrolero. Las exportaciones de productos con valor agregado deben ser una de las metas a conquistar, con ellos habremos dado un avance significativo en la independencia económica nacional.
Sincerar la economía nacional y rescatar la confianza de todos los agricultores, inversionistas y empresarios, es fundamental para el rescate del negocio agrícola. 
La realidad en Venezuela es que los problemas del campo son inmensos y sobre pasan la lógica del entendimiento. El agricultor y ganadero venezolano ha hecho lo imposible e inimaginable, desde hace varios años, para lograr producir. Al respecto, es poco lo que tengo que aportar en esa supervivencia, que los valientes hombres y mujeres no hayan hecho.
El rescate del Sector Agropecuario en Venezuela, requerirá algo más que la formulación de un Plan Agrícola.  Ha sido de tal magnitud su debacle, que su recuperación exige el establecimiento de bases sólidas en el lineamiento político que le da sustento. Esto implica desde una reorganización del Sector en cuanto a las competencias de los diferentes actores que hacen vida en él hasta un nuevo modo de relacionamiento basado en la confianza y en el importante rol que cada parte asumirá en la recuperación. Es fundamental que este Plan emerja en forma consensuada, de modo tal, que se constituya en un pacto político. Su evaluación, control y seguimiento en un plazo perentorio, permitirá realizar los correctivos necesarios para alcanzar los objetivos y las metas acordadas.
“La apertura de la economía nacional, exigirá modelos de producción que sean competitivos y que estén alineados en el fortalecimiento de las estructuras internas de las cadenas productivas. Como en todo negocio, la agricultura y ganadería, deberá ser rentable y sustentable, para permitir su permanencia y éxito.
No es posible pensar en una economía abierta, cuya finalidad sea el bienestar de sus ciudadanos, en términos de ingresos y calidad de vida, a expensas de subsidios para soportar las ineficiencias o divergencias de la agricultura y ganadería nacional.”
Esta es una aproximación macro, que requerirá delinear cada etapa del sistema agropecuario, para poder llegar a las rutas críticas de cada una de las cadenas agro productivas con el fin de obtener los mejores resultados a lo largo del tiempo.
El éxito del Plan de Recuperación Agrícola, debe estar basado en la confianza de los agricultores, ganaderos y empresarios del agro, confianza que se logrará con la consolidación de un conjunto de factores que de manera general se esbozan en la definición de políticas agrícolas, en un marco de compromiso nacional, consolidadas de tal manera, que no puedan ser alteradas por los gobiernos de turno, que solamente admitan, aquellas mejoras necesarias, en función del resguardo de los ecosistemas, de la economía nacional, del comercio mundial y de los avances propios de nuestra era, que deberán ser asumidas en el seno de las cadenas productivas.
Los compromisos internacionales para la obtención de créditos al país, no puede y no debe ser a expensas del agro y ganadería de Venezuela, si bien es cierto, hablo de mi resistencia a los sub subsidios, el sector en general, requerirá de un período especial para su recuperación, pues la inversión en cada unidad de producción necesitará de créditos de corto, mediano y largo plazo, para el acondicionamiento, para la producción y para el restablecimiento y modernización del agotado y acabo estado de las maquinarias, implementos e infraestructura de la unidad de producción agrícola. Incluso, esto es aplicable al sector agroindustrial que necesitará de la modernización y acondicionamiento de máquinas y tecnologías. En otras palabras, inversión en bienes de capital.
Hoy día, los venezolanos luchan por un plato de comida, que está lejos de la bonanza de otros años, esto nos debe servir de reflexión y aprendizaje, el modelo implantado no funciona.
Como dijo Pepe Mujica, “La despensa debe estar cerca de la cocina.”
El mensaje a los profesionales, hombres y mujeres, que tienen y que tendrán la responsabilidad de ordenar el sistema productivo nacional, debe estar basado en la confianza, en el respeto, en los valores y en la institucionalidad de los diferentes entes e instituciones responsables del apoyo o control de todo el sistema agro productivo.
Quiero traer a colación el modelo que con tanto afán trató de implantar Don Concho Quijada, que tan buenos resultados ha dado en los llanos occidentales de Portuguesa, parte de Cojedes y Barinas, el del Farmer Americano, un modelo con una superficie entre 100 a 150 hectáreas, con acceso a tecnología, asistencia técnica y créditos, un modelo que ayudó a los Estados Unidos a ser uno de los primeros países agrícolas del mundo, copiemos las cosas buenas, desde luego adecuando los modelos a las diferentes agro ecosistemas del país. Modelos similares se pueden adecuar a las diferentes regiones del país, desde luego, cambiando los patrones de rubros, topografía, suelos y superficie, de manera de hacer eficientes a las unidades de producción.
En resumen
Activar la agricultura y ganadería venezolana, con el concurso de todos los actores de la cadena productiva, basado fundamentalmente en la confianza, en un entorno con las reglas claras: Macro y Micro económicas, seguridad jurídica, garantías de seguridad personal, compromiso de las cadenas productivas, simplificación de gestiones burocráticas, con la clara visión de enmarcar la cadena productiva en una ruta competitiva que garantice la rentabilidad del agro negocio, garantizando la accesibilidad en forma oportuna y suficiente de los alimentos, orientados por principios sostenibles, con responsabilidad ambiental y protección de los derechos humanos ambientales.

Comentarios

  1. EXCELENTE ARTICULO, NOS PERMITE PUBLICARLO EN NUESTRO PORTAL ? www.visionagropecuaria.com.ve Gracias , Gilberto Esteva-Grillet

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  2. luis muy interesante , me gusta espero que se pueda desarollar tu idea

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    1. completamente de acuerdo, dios quiera pueda ser toma en cuenta su punto de vista.

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